PHILOSOPHIA

HACIA LOS CONTENIDOS DE LO REAL

martes, 29 de septiembre de 2009

LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA EN LOS DIÁLOGOS DE PLATÓN


"La Caverna de Platón y la labor del educador"
Zuriel Chipuli González, alumno de Pedagogía en el IVES, "Instituto Veracruzano de Educación Superior·, Xalapa, Ver., México

Foto de Thomas Reichard, en Flickr.

Luego de haber leído este pasaje de los Diálogos de Platón, me llamó mucho la atención este fragmento de su obra y cito:
“Y a continuación —seguí— compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza.”
Fragmento que es para mí la esencia de todo el texto y enfocando la analogía hacia la pedagogía, podría hablar de ella de la siguiente manera:
La cavernosa vivienda de una larga entrada no es, sino la ignorancia y la desafortunada condena que viven aquellas personas que no tienen la oportunidad de acceder a los conocimientos verdaderos; la abertura de luz representa la capacidad de cualquier ser humano sano para procesar, concatenar y comprender las cosas que lo rodean; es la capacidad para superar los problemas. Los prisioneros nos representan a nosotros el día en que nacemos, pues todos sin excepción fuimos presos de esa caverna y, por último, las sombras son la retorcida concepción de la realidad que tienen las personas presas de la circunstancia donde han crecido y no han podido obtener el episteme, y su vida está basada en la doxa, en palabras de Platón.
El mejor ejemplo que puedo dar de esta circunstancia o condición sería:
Si pudiéramos situar un momento nuestra imaginación en la antigua China, en el momento en que ocurría un eclipse de sol se pensaba que un Dragón se había comido el sol y salían con cacerolas y cualquier objeto que hiciese ruido para espantarlo y así les regresara el astro.
Ahora que hemos comprendido las circunstancias especificas que rodean a estos presos, Platón formula la pregunta “¿qué pasaría si le llevásemos hacia la luz a alguno de ellos, si le mostrásemos la realidad?”.
A mí parecer esta es la carga que sienten en el corazón aquellos capaces de introducirse en las profundidades de las sierras con la férrea voluntad de ir y enseñar a los niños de las comunidades indígenas; la madre que despierta a su hijo a las 6:00 am para encaminarlo a la escuela, el maestro que con esmero prepara su clase con el fin de traer a la luz de la verdad a los pequeños alumnos y, resulta sorprendente que la respuesta obtenida tanto en el texto de Platón como en mi analogía es comúnmente la misma: al alumno le resulta doloroso el acercamiento a la luz, pues es difícil despertar temprano, resulta complicado pensar, es arduo y laborioso el camino hacia el conocimiento y, para llegar a este, al igual que el personaje del autor, es necesario pasar por varias etapas de un menor grado de complejidad hacia la cumbre.
Pero de nuevo tenemos otra interrogante: ¿creerá en nuestra definición de realidad o le parecerá ridículo y preferirá su concepto de lo que es real?, es enfrentar a una persona que ha creído toda su vida en lo que su escaso conocimiento le ha permitido distinguir como sombras.
Quienes hemos tenido la oportunidad llegar a las comunidades indígenas y poder observar sus costumbres y escuchar sus creencias, nos damos cuenta que no es tan fácil mostrarles la realidad, que no es posible llegar y deslumbrar con la ciencia todas sus creencias, y que habrá incluso quienes prefieran sus sombras. Ahora, si impusiéramos nuestras creencias ¿acaso no vendríamos a ser igual que los conquistadores que destrozaron la cultura, la historia y la sociedad maya, así como la azteca? Lo cual me hace reflexionar: si una persona que no quiere ser salvada ¿debe ser salvada?.
Al atraer hacia la luz el conocimiento de uno mismo, y a la ciencia a una persona que parecía condenada a la perpetua oscuridad, si pudiéramos comparar ese paso hacia la luz, vendría a ser como el de la noche hacia el día.
En este punto se nos es planteada una paradoja. Suele pensarse que lo más normal sería que una vez libre este primer hombre no regresaría jamás a esa oscura caverna, sin embargo, en este texto ocurre lo contrario: el liberto regresa para traer la verdad a quienes una vez fueron sus compañeros de celda, circunstancia en la que podemos observar el consecuente y desalentador rechazo por parte de ellos.
Debemos estar conscientes que a esto tenemos que enfrentarnos aquellos que hemos tomado la decisión de dedicar nuestra vida a aprender para compartir nuestros conocimientos.
Por último, después de haber analizado el texto, me quedo con este fragmento para el resto de mi vida:
“—Antes bien —dije—, toda persona razonable debe recordar que son dos las maneras y dos las causas por las cuales se ofuscan los ojos: al pasar de la luz a la tiniebla y al pasar de la tiniebla a la luz. Y, una vez haya pensado que también le ocurre lo mismo al alma, no se reirá insensatamente cuando vea a alguna que, por estar ofuscada, no es capaz de discernir los objetos, sino que averiguará si es que, viniendo de una vida más luminosa, está cegada por falta de costumbre o si, al pasar de una mayor ignorancia a una mayor luz, se ha deslumbrado por el exceso de ésta; y así considerará dichosa a la primera alma, que de tal manera se conduce y vive, y compadecerá a la otra; o bien, si quiere reírse de ella, esa su risa será menos ridícula que si se burlara del alma que desciende de la luz.”

domingo, 27 de septiembre de 2009

ACERCA DE LA ADAPTACIÓN A LOS CAMBIOS


"Cambiando"

DENISSE ILLESCAS ALDUCÍN, Alumna de la Universidad IVES, Xalapa, Ver., México

Foto de bocavermelha-l.b., en Flickr.

Los seres humanos tenemos la habilidad natural de la adaptación a los cambios, aun así, no todos estamos dispuestos a pasar por ellos, puesto que la mayoría sufrimos el temor de dejar lo que conocemos como nuestro mundo, aquello que vivimos desde la infancia. Cuando los primeros meses de vida los pasamos en una cuna o en los brazos de un adulto, sentimos que ese es nuestro espacio. Poco a poco vamos experimentando etapas de nuestra vida , como la infancia, cuando creímos que nuestra casa era todo el espacio que podíamos recorrer, y vivíamos en el temor de salir de ese límite porque podríamos perdernos en territorios desconocidos, hasta que un día nos llevan a un jardín donde descubrimos una etapa más de nuestra vida, comenzamos a relacionarnos con individuos de nuestra edad, con los mismos temores que nosotros, y donde el espacio sigue controlado por los adultos, que nos preparan, nos muestran la cultura o lo que ellos conocen, sus valores nos son inculcados y comenzamos a conocer lo que serán las bases de nuestro crecimiento; posteriormente, descubrimos otro espacio en donde ya no jugamos todo el tiempo: hemos dejado el preescolar, para pasar a otro tipo de educación completamente nueva, nos enseñarán cómo comunicarnos con su código. Ahora nos vestimos solos y ya no dormimos en una cuna, tenemos un nuevo espacio, y nos adaptamos sin problema, después, desarrollamos habilidades, natas e innatas, llegamos a etapas difíciles como la adolescencia, nuestro mismo organismo comienza a mostrarnos cambios dramáticos en nuestro ser, y nuestros adultos nos preparan para la adultez, un cambio que muchas veces ellos mismos se han rehusado a experimentar y por lo tanto ni ellos ni nosotros sabemos cómo pasar a la siguiente etapa, es ahí donde ese miedo sale constantemente, puesto que los cambios anteriores los realizamos en un mismo espacio con pequeñas responsabilidades con la protección de los adultos, pero ahora tenemos que salir de nuestro entorno, y encontrar el propio, dejar la infancia, aunque no los recuerdos. Salir a conocer otros territorios sin ese temor a perderse, y sobre todo, con la consciencia de que ya no hay un adulto tomando tu mano para cruzar la calle, y que incluso descubres que no todo lo que los adultos te mostraron es real, pero que te sirve para descubrir tus propias realidades, tus habilidades, y sobre todo el tomar tus propias decisiones, descubres que el mundo es mucho más grande y complicado de lo que creías, que tu espacio es cada día más amplio, y que ya no duermes ni en una cuna y mucho menos podemos usar ropa de bebé puesto que ya no cabemos en ella, no podemos balbucear porque ahora dominamos un código que por supuesto también tiene reglas, y que conforme crecemos, la etapa por venir nos deslumbra constantemente, nuestros recuerdos que se acumulan, pero nuestro entorno se abre, y no podemos cerrarnos en una sola etapa, porque entonces nos estaríamos perdiendo de las maravillas que podemos conocer mas allá de lo que conocemos. No podemos vivir con la cabeza mirando al piso con tan pocas cosas, cuando lo poco que conocemos se va terminando y sufrimos esas pérdidas durante largo tiempo pero, si logramos levantar la mirada y descubrimos que la luz nos lastima, y si después de esa sensación de dolor observamos toda una gama de recursos que podemos tomar para que esa etapa sea aun más fácil de comprender, descubriendo que todas las cosas nuevas que vamos encontrando, nos darán dulces y amargos sabores de boca. Entonces desearemos volver con aquellos que tuvieron miedo de salir de sus etapas anteriores, y tendremos la necesidad de mostrarles el nuevo mundo, lo que hemos conocido. Querremos compartir con ellos esa gama de recursos para que dejen de sufrir por sus pérdidas, y sus reacciones serán diversas, pues quizás logremos que alguno de ellos acceda a levantar la mirada pero también habrá quienes nos tomen por locos y piensen que solo queremos perjudicarlos, que simplemente le temen a cualquier tipo de cambio y prefieren seguir encerrados en su pequeño mundo por temor al fracaso, a perderse en territorios desconocidos y, paradójicamente, también le temen al éxito, [1] al dolor que les produce la luz al salir de la oscuridad, así como nosotros le tememos al hecho de volver a la oscuridad después de conocer la luz.
Mi conclusión acerca del tema es que debemos aceptar los cambios y abrirnos al mundo exterior; sabemos que siempre encontraremos cosas buenas y malas pero, finalmente, nuestra naturaleza es esa, nuestro instinto, nuestra capacidad de supervivencia. Es como saber que el hombre se acostumbra a vivir en situaciones de guerra, de pobreza, en una sobrepoblación, y que siempre encuentra la manera de salir de esa etapa de dificultades, tomando lo bueno de lo que vivió y adaptándose nuevamente. De pronto se encontrará deslumbrado y adolorido, hasta que comprenda que algo positivo vendrá después, que luego tendrá nitidez para tomar decisiones. Así, cuando alcance esa etapa maravillosa llamada vejez, se reirá de todo cuanto sufría durante su infancia, tendrá una maravilla de recuerdos y lecciones de vida, pero también habrá cultivado amistades, y si logró mantener su mirada firme sin agachar la cabeza entonces seguirá contando con recursos interminables que alegrarán su vida hasta el final.


[1] Fragmento tomado del libro “La República” texto “La alegoría de la caverna” autor: Platón

¿QUÉ SE ENTIENDE POR FILOSOFÍA?


“Por los andares de la filosofía”

ELIZABETH LANDA CORTÉS, Alumna de la Universidad IVES, Xalapa, Ver., México

Foto de Little Girl, en Flickr.

En este breve ensayo pretendo explicar, sin el objeto de discutir a fondo, la labor filosófica y algunos de los tópicos que caracterizan a la filosofía, que para alguien ajeno a ésta deben ser explicitados. La Filosofía tiene la característica de manejar una multiplicidad de vocablos que muchas veces en el primer acercamiento de una persona alejada del ámbito filosófico, pueden resultar confusos y desencadenar un cansancio mental y por ello un desinterés hacia esta rama del saber.
Por lo mismo, es necesario para todo estudiante, comprender de manera general en qué consiste la Filosofía, y cuáles son algunos de sus conceptos más importantes; en este trabajo abordo algunos que son clave y trato además las problemáticas que giran en torno a ellos. La razón inicial de este breve escrito, es la de tener una base sobre la cual trabajar para la materia de Epistemología, que como rama de la Filosofía está muy relacionada con lo que aquí se abordará. Para ello comienzo por la definición que a mi parecer es el punto de partida, la de «Filosofía » y posteriormente explico otros términos también relevantes.
Ya entrando en la labor que me he propuesto, cabe señalar que si uno se encamina a la búsqueda de una definición única y especifica acerca del término ´Filosofía´, se topará con la sorpresa de que los mismos filósofos no se ponen de acuerdo sobre cuál es la más acertada. Resulta que a lo largo de la historia de la filosofía se han formulado distintas definiciones; cada una ha estado determinada por la situación histórica y sobre todo por la mentalidad del filósofo que la propone.
En cualquier libro introductorio a la filosofía encontraremos su definición etimológica, que es básicamente: «amor a la sabiduría». Una idea algo vaga que puede provocar una infinidad de interpretaciones. Si uno tiene la oportunidad de revisar la filosofía de algunos pensadores tendrá más claridad acerca de tal definición. Por “amor al saber”, debemos entender la tendencia del ser humano y principalmente del filósofo, al conocimiento, a cubrir los vacíos de información que se generan a lo largo de nuestra vida y que muchas veces son pasados por alto.
En esa búsqueda se incluye la herramienta mediante la cual trabaja todo filósofo, me refiero a la formulación de interrogantes o problemas, ese amor al saber surge precisamente de la curiosidad, se dice que la filosofía se originó de la capacidad de asombro ante las cosas y que para ser filósofo, hay que ser como un niño que cuestiona todo, pues es así que uno puede alcanzar conocimientos o verdades acerca de lo inmediato, o sea, lo real.
El cuestionamiento o planteamiento filosófico es en pocas palabras problematizar algo, hacer de algo sencillo un verdadero problema que generalmente es resuelto haciendo uso de la característica esencial del ser humano, la razón. El ejemplo clásico del filósofo que cuestiona todo es Sócrates, uno de los primeros filósofos griegos quien con su método de la mayéutica[1] dio el ejemplo de cómo se realizan las interrogantes para determinar la esencia o el concepto de algo.
Una característica del cuestionamiento filosófico es que no precisamente investiga cosas desconocidas o no existentes, sino todo lo contrario, parte de la realidad y de interrogar sobre asuntos que para la gente ordinaria son simples. Otra característica de la filosofía y del planteamiento filosófico es que nunca se sabe lo suficiente, es decir, un filósofo jamás dirá que lo sabe todo, pues la filosofía se trata de una constante reflexión, que puede no tener fin. Nuevamente se puede hacer referencia a Sócrates y su célebre frase: “Yo sólo sé que nada sé” indicando que la filosofía es perenne y que aún como filósofo no podía saberlo todo.
Por lo tanto, se puede decir que la filosofía tampoco tiene un solo objeto de estudio o algo a lo se refiera en específico, eso es lo que ha permitido el surgimiento de tantos filósofos y diferentes formas de comprender el mundo.
La filosofía es un afán por explicar las cosas del mundo que nos rodean, la naturaleza y la manera como el hombre debe enfrentarse a sus semejantes. Todo ello proyectado hacia el exterior, quiere saber cómo es que existen las cosas que les rodean, buscan el principio de ellas, su origen y les dan diversas respuestas.[2]
Entrando en los terrenos de la filosofía, ésta cuenta con distintas ramas, en este caso comentaré tres: Ética, Lógica y Antropología filosófica. En el caso de la Ética tomare la siguiente definición:
El término 'ética' deriva de ´ethos´, que significa 'costumbre' y, por ello, se ha definido con frecuencia la ética como la doctrina de las costumbres. [3]
Dentro de la filosofía casi siempre se hace hincapié en la distinción entre ética y moral pues no son lo mismo. La ética es algo más general, es una disciplina que estudia a la moral, es decir a las costumbres o actos que forman parte de la vida diaria y su pertinencia o justificación. La Ética tiene aplicación en distintos ámbitos, uno de ellos es el laboral, por ello existe lo que se llama: Ética profesional. Este tipo de Ética analiza los principios o valores que deben ser básicos para un profesionista en su trabajo, de modo que actué correctamente siguiendo una pauta basada en el respeto a sí mismo y a los demás, implica valores como la responsabilidad, la objetividad o la integridad.
Tenemos otra rama de la filosofía que es la Lógica, muchos filósofos la han utilizado como una valiosa herramienta para defender sus ideas, pues permite ordenarlas y llegar a la formulación de razonamientos bien fundados, para hablar de esta disciplina haré mención de la siguiente definición:
La lógica es el estudio de los métodos y principios usados al distinguir entre los argumentos correctos (buenos) y los incorrectos (malos).[4]
Fue Aristóteles el creador de la lógica, a partir de su lógica que ahora se llama tradicional, han surgido otros tipos de lógica. Pero en general, la Lógica sirve para comprender cómo trabaja la razón, cómo se crean argumentos o razonamientos y ser capaces de distinguir los elementos de un razonamiento así como la validez o invalidez de éstos. Muchas veces escuchamos hablar a alguien que nos da razones o argumentos acerca de algo y realmente no tienen base o fundamento real, por lo que no son válidos. Es ahí cuando se puede emplear la lógica para distinguirlos.
Otra rama de la Filosofía es la Antropología Filosófica, hay que distinguir ésta de la ciencia llamada Antropología que es más general y que indaga los orígenes del hombre desde otros puntos de vista. La antropología del ámbito filosófico cuenta con las características comentadas antes acerca del filosofar, surge de una pregunta acerca de lo más cercano y real posible, el hombre mismo. En todas las épocas encontramos una explicación acerca del origen del mundo, pero también acerca del hombre y ésta tiene su origen en un deseo de conocer innato.
El hombre, tal vez en su inconsciente profundo tiene la sospecha de la carencia de un soporte, de un atenerse, de un sostén fijo, de dónde arrancar para su evolución, de una fuente de dónde surgir.[5]
Por lo mismo los filósofos de las distintas épocas han enfocado su estudio al conocimiento del hombre así como han buscado el conocimiento del mundo, dando diferentes definiciones de lo que es el hombre, cuál es su esencia o cuál es su finalidad en el mundo, todo ellos para encontrarse a sí mismos para pensar lo aparentemente impensable; a mi parecer el conocimiento de uno mismo debe ser el punto de partida de cualquier reflexión.
Sin duda, la filosofía es muy rica tanto en materias como en discusiones y no hay que verla como algo ajeno o complejo, pues todos en la medida que tenemos entendimiento podemos reflexionar acerca de los problemas más simples que tengan que ver con nuestra existencia, pero también sobre los que aquejan a nuestra sociedad actual. Haber abordado los conceptos anteriores permite comprender de mejor forma, la función de la filosofía tanto en el plano personal como en el saber en general y aludiendo al ámbito de la pedagogía puede ser muy útil como ejemplo a seguir para comenzar un análisis en torno a la educación.

BIBLIOGRAFÍA CITADA:

§ Zea, Leopoldo. Introducción a la filosofía: la conciencia del hombre en la filosofía. Editorial UNAM, México.

§ Mora, Ferrater. Diccionario de Filosofía (Tomo I).

§ Copi, Irving M. Introducción a la Lógica
§ Vázquez, Santana, Genaro. Antropología filosófica (Mito de la raíz del hombre), UAEM, México.

CONSULTADA:
§ Ética general y profesional:
http://www.monografias.com/trabajos16/etica-general/etica-general.shtml

§ PORTAL DE FILOSOFÍA, PSICOLOGÍA Y HUMANIDADES:
http://www.e-torredebabel.com/index.html

§ Proyecto Filosofía en español
http://www.filosofia.org

[1] Mayéutica proviene del griego y significaba para Sócrates dar a luz el conocimiento. Consiste en una serie de preguntas que permiten llegar al concepto o esencia de algo y que muestran la ignorancia o sabiduría del interlocutor al que se le realizan.

2 Zea, Leopoldo. (1971) Introducción a la filosofía: la conciencia del hombre en la filosofía, Editorial UNAM, México. Pág. 9
[3]“Ética” en Diccionario de Filosofía - Ferrater Mora (Tomo I).
[4] Introducción a la Lógica. Irving M. Copi

[5] Vázquez, Santana, Genaro. Antropología filosófica (Mito de la raíz del hombre), UAEM, México. Pág. 38